martes, 10 de noviembre de 2015

Sencillo, llano y directo ¿Tendrá Haina que labrar su propio destino?, Revista 61


Félix Victorino es,
 periodista, Animador Cultural y Escritor.

Aunque tengo unos cuantos años viviendo fuera de mi patria chica, debo destacar que como munícipe  que no olvida sus raíces, de vez en vez me doy la vuelta por un pueblo que si bien no me vio nacer,   sí aportó bastante para mi desarrollo y crecimiento integral como ser humano, puesto que desde mi adolescencia me acogió en su seno con singular devoción hasta mi adultez.


Generalmente visito el municipio de Haina los fines de semana, animado  por motivos estrictamente  académicos en virtud de la red de bibliotecas juveniles que estoy instalando aquí en aras de aportar un grano de arena  a una comunidad  a la que proporcionaré instancias culturales y educativas que promuevan una cultura de paz y educacional con miras a colocar a Haina de nuevo en el mismo trayecto del sol que refiere nuestro laureado poeta nacional

Me regocija encontrarme en Haina con viejos amigos y amigas,    con aquellos entrañables compañeros de estudios y  con los alumnos a quienes impartí el pan de la enseñanza.  De lo que ya nadie me ha podido dar memoria es de esos abnegados jaineros y haineras que en un determinado momento accionaron  su aguerrido amor y defensa por el municipio,  a favor de un discurrir más digno y menos deshonroso; no logro conciliar  mi paz interior al ver a Haina huérfano  de ese puñado valiente de líderes comunitarios que,  preñados de una enorme vocación de servicio mantenían al municipio activo en  el ámbito social y cultural durante los 80s y 90s,  donde los justos reclamos y protestas sociales se fijaban alrededor de un efervescente empeño de procurarle a Haina las grandes transformaciones que  ella demandaba y demanda todavía en virtud de los invaluables aportes  que hace al producto interno bruto, contribuyendo mucho más que otros municipios y provincias a la economía del país a través de sus industrias y empresas farmacéuticas, de la construcción, de productos químicos, de plásticos,  de papel, entre otras más, que de manera global generan  un aporte inmenso al  desarrollo sostenible de la nación.

Hoy por hoy, usted llega a Haina y pese a las contribuciones que por décadas hemos transferido a la economía nacional y local, se percibe que aún el municipio sigue huérfano y sigue cargando a cuestas las mismas necesidades y ataduras que denunció esa combativa juventud de los años 70, 80 y 90  protagonista de memorables y  épicas protestas sociales, mediante las cuales con singular valentía exigía el conjuro inmediato de debilidades  ancestrales que ahogaban la economía del municipio e impedían hasta el sol de hoy su progreso y desarrollo integral.

Estos males aún persisten  porque no ha habido interés ni de extirparlas ni  de promover un interlocutor válido con la suficiente catadura integradora, capaz de interpretar las necesidades más sentidas de un pueblo que sueña  con plantarle cara a sus instancias  políticas y empresariales  para exigirles de una vez y por todas: que saquen a Haina del marasmo, abandono y marginalidad en que la han metido o que de lo contrario “nos suelten en banda” para que luego no tengan que atenerse a las consecuencias!


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