Por: Celso Marranzini
Este artículo lo quiero dedicar a un tema que debe estar dentro de las
prioridades del sector privado y del Gobierno: proveer viviendas dignas a los
millones de seres humanos que hoy duermen a la intemperie o se guarecen en viviendas
de muy pobres condiciones.
Hace dos años me
uní al esfuerzo que hace en nuestro país esta organización, Hábitat para la
Humanidad, de profundas bases cristianas, que dedica esfuerzos y recursos para
mejorar las ruinosas condiciones en que viven más de 1.6 billones de personas
sobre la tierra.