lunes, 28 de abril de 2014

¿Es efectiva la protección de las personas envejecientes en RD?


Emilia Santo Frías


Para el 28 de agosto conmemoramos el Día Internacional del Anciano y de la Anciana, una fecha propicia para analizar la situación de las personas envejecientes en nuestro país, pasar balance e identificar cuál será nuestro aporte para garantía de sus derechos.


No es secreto que actualmente muchas y muchos adultos mayores están excluídos de la vida laboral, cultural, familiar y social; medidas prohibidas por la Ley 352-98 sobre Protección de la Persona Envejeciente.

Esta normativa precisa que una persona es envejeciente en República Dominicana, si tiene 60 años de edad en adelante. Y es clara al indicar que es deber de su familia acogerle, protegerle y procurar que su estadía sea placentera.
La Ley 352-98, es enfática al indicar que las personas de la tercera edad, tienen derecho al descanso y al esparcimiento es decir, deben disfrutar de actividades recreativas, culturales, deportivas apropiadas a su edad, además participar libremente en la vida cultural y social de su país, eso implica un trabajo en igualdad de condiciones si su salud así lo permite. Además, al libre y fácil acceso a los servicios públicos y privados.

El Artículo 17 plantea que los Ministerios de Educación, Cultura, Deportes, Turismo y las universidades nacionales, deben desarrollar programas que fomenten el respeto a los derechos de las personas envejecientes. ¿Se garantizan estos derechos?. Tene

mos muchas leyes, algunas sólo son letras muertas, lo que me recuerda aquella frase:”la ley se acata, pero no se cumple”.  Los datos que aporta cada año el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente, no responden mi inquietud.

Aguardo a que este año al conmemorarse el Día Nacional de las Personas Envejecientes, pautado para el primero de octubre el  informe refleje acciones concretas, fundamentales, de asistencia y solidaridad, de garantía de derechos, ejecutadas a favor de esta población.

Debemos proteger y respetar a nuestros envejecientes, garantizarles sus derechos, para que  de esa forma  se pueda propiciarle de manera sana, en todas sus manifestaciones. Los adultos mayores tienen una vida y deben disfrutarla cada día, ¡es su derecho!.

La autora es Educadora, Periodista y Abogada .

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