martes, 9 de agosto de 2016

Falta de confianza, Imagen #63

Raquel Liranzo
“En una sociedad donde predomina la falta de confianza, donde la suspicacia tiene el control de las ideas y de las acciones, no se producen cambios ni acciones creativas que vayan en favor del bienestar de todos...”


Haina, Santo Domingo: Uno de los grandes males que afectan a la sociedad dominicana es la falta de confianza en las instituciones, en la ley y en el comportamiento humano. No es la primera vez que se hacen denuncias de trato que afectan a personas, el Medio Ambiente y otras áreas con técnicas  prohibidas, apropósito del nuevo relleno sanitario en el municipio de Haina.


Para nadie es un secreto que cada vez que van instalar o poner algo, debe pasar por el ayuntamiento y la Sala Capitular, todos sabemos que eso lo aprobaron y ahora andan como una moquita muerta,  y se saben los métodos utilizados para recibir permisos medioambientales  no son precisamente discretos, la pregunta obligada es ¿Medio Ambiente, la autoridades locales, dizque  no se entera o se hacen los sordos, mudos y desentendidos? 

Cabe destacar que nos quieren meter en un “gancho”,  o nos han metido al medio, en virtud que años atrás nos instalaron una envasadora de Gas de (Credigas), en el mismo pueblo  y  a partir de entonces estamos un tanto “paranoicos”. Y nos vamos a permitir que más 2500 tonelada de basura sin contar la local, sumandoles que alrededor de 400 camiones de basura van estar  circulando en Haina.

Talvez no sería exagerado decir que la revista Imagen de la Cartera podría estar en lo cierto al observar que, es la “falta de confianza” lo que ha llevado a mucha gente a no creer en las instituciones, ni en las políticas públicas y menos aún, en las personas entre sí.

 Y es que una de las emociones negativas más devastadora para una sociedad o para la persona individual, es la suspicacia.  El individuo suspicaz enfatiza la duda, el descreimiento, porque piensa que siempre lo engañan, en fin, robustece su desconfianza en el otro.

En cambio, si algo se produce es el envenenamiento social, la instalación del relleno sanitario, donde todo el mundo sabe que va a impactar directamente en la población, en todos los estamentos productivos y, más aún, en la economía de todos, porque las mayoría ha tenido que mudarse abandonando el municipio, porque la contaminación del vertedero esta en todos los niveles, aunque el lenguaje que se impone es el de “prefiero asesinar a uno y  negociar con el otro mis diferencias”. En Haina no somos peor que nadie como pueblo.

Las denominada Juntas de Vecinos y otras organizaciones civiles se crearon con el fin de apoyar a ciertos grupos de la sociedad que no tenían manera de estar en contacto con las autoridades locales, es decir, el Alcalde y ciertos sectores interesados. Sin embargo, en las últimas décadas las Juntas de Vecinos han perdido su norte y propósitos en la lucha por el interés social.

Resulta extraño y vergonzoso que en los actuales momentos las Juntas de Vecinos, en un 60%, sus dirigentes están cobrando en el gobierno y distintos ayuntamientos y porque ellos sólo “andan en buscan de los suyo” y al pueblo que se vaya a la mismísima mierda.

Ya el  tiempo en que yo trabajaba para ayudar mi comunidad pasó. La falta de confianza es lo que predomina.

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