lunes, 30 de septiembre de 2019

Embarazo en niñas y adolescentes, Revista Imagen de la Cartera No.70


Dircia Paulino


Imagen de la Cartera- República Dominicana:  En una reunión la semana pasada con muchachas jóvenes, aquí en Haina, escuché la historia de una de ellas, ahora con 19 años. Embarazada a las 16, la familia le dio la espalda, expulsada de la escuela, sola y sin esperanza.

De todo lo que contó me lastimó mucho el saber que su madre se limitó a decirle lo decepcionada que se sentía por ella. Incluso los vecinos la juzgaban, diciéndole que si era que nadie la cuidaba, que ella era un desperdicio.

Vamos a ponerle un nombre imaginario a ella. Vamos a llamarla “Esperanza”. Esperanza había tomado algunas desafortunadas decisiones, producto de un sin número de cosas, que podemos inferir incluso, pero que no haremos. Ella recibió apoyo a través de un programa que desarrollara el Patronato Pro-Desarrollo de Haina, PADESHA, hace unos años, titulado “Habilidades para la Vida”.


Recuerden que el PADESHA es el organismo institucional que tienen los industriales de Haina para el ejercicio de la responsabilidad social. Actos totalmente voluntarios, que van unidos a sus convicciones y valores. Esperanza, la joven, vino a este programa y recibió valiosa información acerca de lo que le esperaba como futura mamá-niña.

Fue orientada y respaldada con el programa, y no sólamente con educación, sino también con psicólogos que le permitieron ver la vida como su propio nombre: Con Esperanza. Ella tiene hoy en día un trabajo, producto de la preparación que le dejó su participación en el proyecto; y su futuro es ahora totalmente diferente.

Seguro que terminará su carrera y disfrutará de la libertad que da el conocimiento y la preparación. Hace dos semanas que hicimos en la Asociación de Industrias unos talleres con niños, niñas y jóvenes de las diferentes juntas de vecinos de Gringo, a los fines de trabajar otra modalidad, aún mejor, con estos muchachos y es la prevención. 55 adolescentes repartidos en grupos de 10 a 14 años y 15 a 18 años, recibieron informaciones de la mano de una profesional de la medicina acerca de conocimiento y cuidado de sus cuerpos, salud reproductiva, infecciones de transmisión sexual, autoestima y vida saludable, por una semana completa.

Este verano, a estos jóvenes se les abrieron los ojos del conocimiento sobre la importancia de postergar embarazos y que estudiar es la mejor arma contra las consecuencias que inevitablemente trae, el adelantarse a la vida sexual activa.

 Estos talleres incluyeron además, la participación de los padres de esos jóvenes y con el debido consentimiento previo y por escrito de los padres a que participaran de este proyecto, el cual fue patrocinado por Multiquímica Dominicana. Celso Marranzini tiene una alta sensibilidad en estos temas, y cuando fue presidente de Acción por la Educación, - EDUCA- pudo palpar esta problemática y fallas en el pensum estudiantil.

Decimos que fue un “verano” porque por una semana, jugaron, comieron, fueron informados con dinámicas de equipos y material autorizado y muy profesional, así como los trasladados desde y hasta sus casas en un cómodo autobús. Sin gran alharaca ni aspavientos, sembramos en esas 55 “Esperanzas” el valor que tiene amarse a sí mismo, respetar su cuerpo y su mente.

 Llenarla de eventos y experiencias acordes a sus edades y están listos para enfrentarse contra aquellos inconscientes y abusadores que, valiéndose de artimañas y amenazas, muchas veces, abusan de estas muchachas. Un estudio realizado por la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos, indica que la RD ocupa el 5to lugar en Embarazos de niñas y adolescentes. Siendo Haina uno de los lugares con una de las tasas más altas observadas.

Adolecemos de programas de educación y servicios de salud sexual y reproductiva que ayuden a reducir y felizmente desaparecer este gran flagelo social que mantiene en la pobreza a miles de “Esperanzas”. Es penoso que los colegios y las escuelas expulsen, aun contra la Ley, a niñas y jóvenes por embarazo, como si fuera una enfermedad, lo cual pone a estas muchachas en una situación aún peor, ya que, negándole la educación, se le roba su futuro.

 Por esto nos sentimos muy felices cuando podemos realizar trabajos a favor de la prevención de embarazos, sin embargo, es necesario una vinculación y responsabilidad del sistema educativo el cual, en vez de estar invirtiendo dinero en temas de “género” deberían observar estos trabajos que hace el sector privado, a los fines de erradicar este terrible mal.

 Esperanza concluye diciéndonos que a ella ya nadie la engaña, ella conoce su cuerpo y lo respeta. Ella sigue adelante con su pequeño hijo, y ve la vida de otra forma ahora. Estoy segura de que llegará a ser una gran profesional y exitosa

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