La República Dominicana se mantiene todo el año inmerso en campañas políticas, y es que no concluye un proceso electoral cuando ya surgen los candidatos para la próxima contienda.Es que aquellos que dicen llamarse dirigentes políticos, desarrollan sus actividades al vapor, es decir , sin conocer que existen herramientas para elaborar todo un programa de marketing, y que el mismo debe sustentarse en tres elementos estratégicos en lo que se incluye el diseño de una propuesta , la elaboración de un discurso , es decir que les permita una buena comunicación y la construcción de una imagen que lo lleve a ser bien ponderado y valorado hasta llegar al objetivo de ser electo.
Los políticos dominicanos, en su mayoría, salen al forro electoral, convencidos de que dar dos funditas, cubrir el costo de una receta, buscar un ataúd, dar tres cuadernos, dos potes de ron y dos galones de gasolina, ya es suficiente para convencer al electorado.
Se olvidan que existe una generación de hombres y mujeres pensantes, con aspiraciones reales de progreso, con conocimientos amplios de la tecnología y con informaciones de primera mano, gracias a la globalización.
No reconocen que el mercado electoral es amplio y que éste no está compuesto sólo por aquellos que sus necesidades inmediatas son lo primordial para ser satisfechas, sino que hombres y mujeres profesionales o no, ya no compran el discurso barato de te doy y te daré.
El mensaje debe ser segmentado de acuerdo al mercado, no considerar que el mismo discurso debe ser presentado a la mujer abandonada como a la que tienen los más amplios conocimientos profesionales, que los seres humanos de hoy ya saben que tienen derechos fundamentales, que pueden exigir y hacer valer en todos los estamentos que sean necesarios. El electorado de hoy es cambiante, ya no se centra en ese radicalismo absurdo de lo tradicional, de ir a la urna porque los padres pertenecen a un partido determinado, sino de acuerdo a las ideas o argumentos que se les proyecten.
A los llamados dirigentes políticos, es tiempo para detenerse y dejar de lado la improvisación, hacer conciencia que al iniciar un proyecto han de realizar un estudio de mercado, gestionar la asesoría de profesionales de la sociología, la comunicación, economía, entre otras áreas del conocimiento humano, entender que para proyectar lo mejor de su imagen deben sustentarla en una campaña que utilice adecuadamente los medios de comunicación.
No basta con hablar de hacer de sus comunidades espacios diferentes a lo que son; y no obstante, continuar con la práctica de proyectar sus aspiraciones, afectando el medioambiente con la contaminación sónica y visual o con los regalos humillantes.
Muchos políticos se quedan anquilosados en el pasado, sin darse cuenta que no todos los electores se conforman con dádivas, sino que hay que convencerlos a través de propuestas de desarrollo que sean factibles su puesta en ejecución.
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