lunes, 8 de diciembre de 2014

Estrategias Docentes. edición 58

Rosa Fátima Jiménez

“Y  ciertamente, en algunos casos, no han faltado motivos para tal postura.” ...

La escuela no es una institución  que se haya caracterizado históricamente  por su apertura.  Los avances  y desarrollos tecnológicos, sus muros han sido casi siempre murallas con las que Defenderse  de ciertas  innovaciones  que, en la  mayoría de las veces, han sido percibidas más como ataques  frontales a su identidad institucional que como elementos facilitadores de su quehacer   y  avance profesional.  Y  ciertamente, en algunos casos, no han faltado motivos para tal postura.


La presencia de la nueva tecnología ha producido reacciones del profesorado no  muy distintas de las que generaron la invención de la imprenta y la consiguiente producción de libros  y  textos escolares.  Estos,   allá por el siglo XV,  igual que ahora la nueva tecnología, en las postrimerías Del siglo XX,  han contribuido a acelerar  sus  cíclicas crisis de identidad.  Pues si la aparición del libro cuestionó   la legitimidad  del maestro como  depositario  y  transmisor del saber, las  nuevas tecnologías  ponen nuevamente  sobre  la mesa  el papel de los profesores   en los procesos  de  enseñanza  -  aprendizaje.

Es  evidente  que las nuevas   tecnologías estén  siendo  ya, junto a los otros factores el motor  de una  nueva revolución  tecnológica   en la que la información.  “El control del  conocimiento y la información  decide  quien tiene el poder en la sociedad”, (Castells  1994) por tal razón  un buen maestro se hace conocedor del sistema de la información o de lo contrario se quedará sumido en la tradición  y no podrá avanzar en el sistema educativo y en la nueva Escuela de la República  Dominicana.

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