viernes, 6 de marzo de 2015

Haina, más circo que pan. Edición 59



¨Haina vive en medio de las carencias y conflictos sociales insoportables¨... 


Dario Solano


Desde el descalabro del Central Río Haina la vida en el municipio ha sido una especie de tumba, un vivir que se traduce en acumulación de rabia e impotencia; hemos devenido a  una maldición sin que aun nos lleve el diablo. Haina vive en medio de las carencias y conflictos sociales insoportables que van tocando sus límites y pronto la autoridad no podrá detener estallidos sociales de consecuencias funestas, dados la rabia que se  anida en la ciudadanía ante la falta de autoridad y de respuestas a las necesidades más sentidas de la población.



El desarrollo sigue siendo una aspiración colectiva de la comunidad. Un desarrollo que se refiere a los avances y las mejoras que permitan satisfacer de mejor manera las necesidades básicas humanas, como agua potable, vivienda, alimentación, salud y empleo; no importa el lugar de residencia de la persona.

Pocas ciudades del mundo, y del país tienen la capacidad de producción de riqueza que concentra Haina, lo que ha faltado son directrices y liderazgos para la gestión del desarrollo de la ciudad y de la ciudadanía.

Paradójicamente, Haina tiene ríos, arroyos,  industrias, mar, humedales, recursos humanos con capacidades competitivas, tierra, infraestructuras escolares, parque energético, refinería de petróleo, y cuantas mierdas más, sin embargo, esto no se traduce en calidad de vida.

 No se concibe que una comunidad a la escala de Haina no cuente con un acueducto, un sistema sostenible de gestión de los residuos sólidos, energía eléctrica 24 horas, y reducir las pérdidas de horas escolares y elevar la calidad educativa.

Haina sigue siendo una ciudad inconclusa y empobrecida. Se ha desarrollado un modelo industrial que poco aporta a crear bases de desarrollo humano y garantizar salarios dignos, visto el empleo como factor de desarrollo. Haina genera riquezas, es una verdad de Perogrullo, con recursos y productos que no se distribuyen con equidad en el territorio.

Pero ninguna reivindicación social, económica y cultural tendrá respuesta a nivel municipal: las instancias municipales ya están agotadas, sirven a otros intereses que no es al bienestar del municipio. El cabildo es una fuente de satisfacción de las apetencias partidarias desmedidas y en ese escenario se desdibujan las mezquindades y limitaciones del liderazgo político.

Paradójicamente, el resurgir de Haina hay que demandarlo desde el gobierno central,  creando capacidades de propositivas y un plan que debe ser asumido por la sociedad civil con un sentido democrático donde se canalicen las distintas apuestas de los sectores que hacen vida en el territorio; empresarios, ambientalistas, movimiento vecinal, cristianos comprometidos, sindicatos, etc.

Hay que crear y desarrollar un liderazgo desde la sociedad civil y ojalá tenga impacto en las mediaciones políticas que es a través de éstas que se conduce el Estado y el gobierno local. Por deber y compromiso social y político no dejemos que Haina se convierta en el gran atolladero que poco le falta por llegar. Urge la creación del Concejo Municipal de Desarrollo tal como lo tiene previsto la legislación municipal.

E-mail: dasolano@gmail.com

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