Todos, sin exclusiones eran demócratas, hoy en su mayoría son frutos del dedo, sí de ese dedo que en una ocasión uno de los mejores publicistas de Haina, hombre que maneja el pincel como Michael Jordán el balón, cortara a Peña Gómez, para hacerle entender al “peñón de goma” su desacuerdo con las imposiciones a lo interno de su partido.
Vimos los jóvenes con candidaturas por doquier, a lo mejor con ideales de cambiar el rumbo de las cosas, de ser distinto a lo que hasta ahora hemos tenido, a lo mejor con la finalidad de emular gestiones anteriores como la del señor Juan Quiñones García o por qué no, Manolo Mesa en el Ayuntamiento.
Lo mismo en lo municipal y congresual, con algunos cambios en la sala capitular… Presentar algo idéntico sin haberle preguntado, o no preguntado, sin haber pasado por el cedazo de una elección que descansa en el pueblo y de esa manera mutilar el derecho a elegir de miles de los electores, y de ser elegido a una cantidad considerable de participantes, es lo que nos merecemos?
Quienes vinieron con la democracia en 1961, no se pasaron una vida en el exilio procurando elecciones libres en todo el país, entonces con qué derecho esos partidos aniquilan el derecho a elegir y ser elegidos de sus propios correligionarios.
O resulta ser que para una cosa hacemos el papel de entes democráticos, y para otra emulamos a Rafael Leónidas… Destruir el deseo de quienes no han tenido la oportunidad de estar en posiciones electivas de una camada de jóvenes, que quizás llevan la ambición de servirle a su comunidad y no sólo ánimo de vanagloriarse y manejarse de forma prepotente en cargos que se los dio el pueblo en las urnas.
Soy de pensar que es tiempo de cambiar los actores del juego, debido a que en nuestro apreciado municipio, no hay que ser Clístenes de Atenas para saber que nuestras autoridades han realizado un flaco servicio de cara a nuestra comunidad, es tiempo de mandar a algunos protagonistas del escenario político hainero a dos o tres lustros sabáticos, porque no han hecho gestiones dignas de emular. Por lo menos seguiremos teniendo el derecho de elegir en las elecciones ordinarias, que permiten al electorado elegir nuevas caras y sacar de la escena a quienes fueron beneficiados en elecciones anteriores y ahora por el dedo a lo interno, pero que no correspondieron a la población que los eligió con sus gestiones.
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