martes, 25 de noviembre de 2014

A ESE MOTORISTA. Edicción. 58

Enmanuel Ventura

En artículos anteriores he escrito acerca de la necesidad de regular  e imponer sanciones drásticas a los conductores de motocicletas que constantemente violan las leyes de tránsito sin el menor reparo en los daños causados como consecuencia de estas acciones.

 Ya nos hemos acostumbrado a verlos por túneles y elevados, sin el casco protector, sin placas de identificación, montando a más de dos personas, con el mufler recortado o sin él, hablando por el celular, haciendo piruetas, sin ningún tipo de luces, cruzando en luz roja, saltando los “policías acostados”etc., etc.  



Aunque muchos ganan el sustento de la familia transportando a cientos de  personas de escasos recursos hacia lugares de difícil acceso retirados del centro de la ciudad, otros desaprensivos, los utilizan para delinquir, competir y hasta para disparar a  matar.

  En días pasados, fui víctima de uno de ellos, mientras intentaba cruzar la calle, no me dio tiempo a avanzar o retroceder ante la excesiva velocidad que llevaba este violento motorista, lanzándome con el impacto al pavimento resultando con varias lesiones en el costado y pierna izquierda.

 él no se dio por enterado de lo ocurrido, pues en vez de auxiliarme emprendió la huída.  A ese motorista he dedicado estas líneas, ojalá que haga un alto en el camino y no siga su agitado ritmo.

 Igualmente a aquellos que viven de esta actividad, exhortarles a organizarse, respetar las leyes y las autoridades, así como a todos los ciudadanos que a diario confían en ustedes para llegar a sus  lugares de trabajo o retornar a sus hogares sanos y salvos.  A ese que me auxilió, mi más alto sentido de gratitud y ojalá volverlo a ver.  

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