Profesor, periodista y abogado
Hay sectores internacionales y nacionales que mantienen una conspiración, una campaña y un boicot contra el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros para que fracase y colapse.
Los detractores del plan han montado una trama para que el proceso sucumba. Dicen y hacen de todo contra la política migratoria del gobierno para regular los extranjeros, sobre todo a los haitianos ilegales.
A fuego cruzado han sometido al Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, con críticas y cuestionamientos difamadores, para desacreditarlo y descalificarlo, y para deslegitimar y desautorizar los resultados.
Los críticos y los opositores de la política migratoria del gobierno para controlar y regular a los extranjeros, sobre todo a los haitianos indocumentados, han acabado, acaban y seguirán acabando con el plan.
Como la conga, le han entrado a esa iniciativa. Con todos los hierros.
Las etapas del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, particularmente para los haitianos indocumentados, se ha desarrollado con dificultades, problemas, obstáculos, boicot, campañas de descrédito, opinión pública fragmentada, conspiración y todo tipo de ataques, para lo cual, se infiere, que el gobierno diseñó una estrategia de comunicación, diplomática y política, internacional y nacional, para contrarrestar esa situación.
El diseño, elaboración, planificación y ejecución del plan se supone que contempló estrategias y planes contra las críticas y cuestionamientos que surgieran. Se supone que el gobierno se preparó para lo que ocurriera, por ser la migración haitiana tan conflictiva, de tantos intereses económicos, políticos y sociales.
Para la defensa y contra campaña, especulo, el gobierno conformó, integró y preparó un equipo de especialistas, expertos, técnicos, diplomáticos, periodistas y conocedores del tema para enfrentar a nivel nacional e internacional las desinformaciones y distorsiones surgidas durante las etapas del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros.
La primera embestida contra el país, el Estado y gobierno surgieron por la polémica resolución 168-13 de la Junta Central Electoral, calificando al país de racista, xenófobo, esclavista, hitleriano, fascista y todo tipo de calificativo, lo que debieron prever las autoridades. Inclusive la República Dominicana fue acusada y llevada a organismos internacionales, cuya defensa del país defienden las autoridades y que otros cuestionan.
Las declaraciones del alcalde de Nueva York, Bill De Blasio, del primer ministro de las Granadinas, Ralph Gonzalve, del alcalde de Montreal, del secretario de la OEA, la ONU, el CARICOM y otros organismos internacionales, forman parte de la trama contra el Plan Nacional de Regulación de Extranjeros.
Contra el Plan Nacional de Regulación de Extranjeros de la República Dominicana, organizaciones intergubernamentales, interestales, nacionales, Ongs y grupos, han montado un chantaje, una presión y un acoso, por el tema de las repatriaciones de los indocumentados haitianos.
El gobierno ha tenido que emplearse a fondo y los sectores que apoyan el Plan Nacional de Regulación para enfrentar con una ofensiva y defensiva adecuada, la violenta y agresiva embestida contra el proceso de la política migratoria nacional.
Contra el plan hay un plan. La regulación de la migración, de los indocumentados haitianos, es una tarea ardua, difícil y dura. Es un camino tortuoso, pedregoso y espinoso, en fin, en una situación embarazosa y un parto forzoso; no obstante, ya veremos que da a luz el plan.
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