jueves, 20 de junio de 2013

Imagen de la Cartera. 47. Reingeniería social desde arriba hasta abajo



Por: Dionicio Liranzo

Normalmente trato de escribir temas sobre la conservación del medio ambiente o que guarden afinidad con la protección de la naturaleza, pero no puedo hacerme de la vista gorda con las atrocidades sociales que día a día nos perjudican.

Me pregunto dónde están la conciencia, el pudor, el respeto,  el razonamiento, el auto reproche, la vergüenza? Tal parece que todo eso ha desaparecido y que hasta lo más preciado ante Dios, la vida, ha perdido su valor,  vale muy poco o prácticamente nada.  Lea Más..


Es igual la inconsciencia  de cortar un árbol y convertirlo en carbón, tirar la basura de forma desordenada e irresponsable, como también es falta de pudor y vergüenza  mentirle a la nación que pone en manos de alguien el cuido de alguna parte del tesoro nacional y este lo dilapida, mal usa o sencillamente se los roba. Pero la falta más perjudicial es la impunidad, el apañamiento y hasta la falta  de auto sanción moral.

Razonando sobre estas interrogantes y tratando de buscar una alternativa que pueda poner fin a la cadena desbordada de crímenes y delitos que nos azotan, se me ocurrió que tal vez sería necesario hacer una reingeniería en el diseño del comportamiento ciudadano y empezar a trabajar desde la base (la familia), aunque es bueno señalar que no son los niños los que cometen los desmanes supra citados.

El término reingeniería se aplica en las empresas a la revisión fundamental y el rediseño radical de procesos para alcanzar mejoras importantes en medidas críticas y contemporáneas de rendimiento, tales como: costo, calidad, servicio y disponibilidad (rapidez). Rediseñar radicalmente significa descartar todas las estructuras y los procedimientos existentes e inventar maneras enteramente nuevas de realizar el trabajo.

Ahora bien, Quiénes serían los llamados a aplicar una reingeniería en los niños, si es evidente que la reingeniería es mas urgente en los adultos, pues no son precisamente los niños quienes atraviesan un semáforo en rojo. No son los niños los que se ven involucrados constantemente en actos de corrupción o quienes cometen estafas al erario público. No son niños los que con frecuencia reciben canonjías y prebendas para soltar narcotraficantes y delincuentes matones.
Debemos predicar con el ejemplo.        
                                                                                                             
Parecería pues que en todos los renglones de la vida cotidiana de nuestra sociedad,  se impone la aplicación de serios cambios conductuales. La Biblia nos da un consejo que podría poner fin a todo ésto, “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Pero ya que no somos capaces de amar a nuestros semejantes y adoptar ese mensaje divino, por lo menos vamos a reinventarnos aplicando una reingeniería desde arriba hasta abajo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario